miércoles, 20 de marzo de 2013

LA MISERICORDIA CLAVE DEL EVANGELIO Y DE LA VIDA CRISTIANA

La reflexión teológica sobre la misericordia lleva a las preguntas fundamentales de la doctrina sobre Dios. La misericordia divina constituye el núcleo y la suma de la revelación bíblica de Dios.

La presente obra anuda la reflexión teológica con las consideraciones espirituales, pastorales y sociales, pues el tema de la misericordia nos introduce en numerosos interrogantes de la praxis cristiana, eclesial y social. Anima también a examinar a fondo la doctrina cristiana de Dios y las consecuencias prácticas que de ella se derivan, a fin de perfilar con claridad a qué se alude cuando se habla del hoy absolutamente necesario giro teocéntrico en la teología y en la vida de la Iglesia.

«El evangelio de la misericordia divina en Jesucristo es lo mejor que se nos puede decir y lo mejor que podemos escuchar y, al mismo tiempo, lo más bello que puede existir, porque es capaz de transformarnos a nosotros y transformar nuestro mundo a través de la gloria de Dios en su graciosa misericordia. Esta misericordia, en cuanto don divino, es simultáneamente tarea de todos los cristianos. Debemos practicar la misericordia. Debemos vivirla y atestiguarla de palabra y de obra. Así, por medio de un rayo de la misericordia, nuestro mundo, a menudo oscuro y frío, puede tornarse algo más cálido, algo más luminoso, algo más digno de ser vivido y amado. La misericordia es reflejo de la gloria de Dios en este mundo y quintaesencia del mensaje de Jesucristo que nos ha sido regalado y que nosotros, por nuestra parte, debemos regalar a otros. [...] Este mensaje de la misericordia divina tiene consecuencias para la vida de todo cristiano, para la praxis pastoral de la Iglesia y para la contribución que los cristianos deben realizar a la configuración de un orden social digno, justo y misericordioso» (Cardenal Walter Kasper).

WALTER KASPER, nacido en 1933, doctor en teología y profesor de Dogmática, fue obispo de la diócesis de Rottemburgo-Stuttgart desde 1989 hasta 1999. Presidente emérito del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, fue elevado a cardenal en 2001. Con sus numerosos escritos, charlas y conferencias se ha hecho merecedor de un respeto generalizado a lo largo y ancho del mundo ecuménico.

Entre los libros de Walter Kasper que han visto la luz en la Editorial Sal Terrae, destacamos: Sacramento de la unidad. Eucaristía e Iglesia / Cosechar los frutos. Aspectos básicos de la fe cristiana en el diálogo ecuménico. A ellos se suman los artículos firmados por el cardenal y publicados recientemente en dos obras colectivas: El desafío de la nueva evangelización / El problema de Dios, hoy.


Primer Ángelus del Papa Francisco. Referencia a este libro en el intervalo 2:29-4:40.
Ver índice y primeras páginas aquí (formato PDF).

jueves, 14 de marzo de 2013

ESTAMOS DE FIESTA AMIGOS - ¡VIVA EL PAPA FRANCISCO!

Queridos amigos:

No me cansaré de repetir lo que he experimentado con el ahora Santo Padre Francesco, cuando era nuestro Arzobispo.

Un hombre que supo hacerle frente a los desafíos que se le presentaron tanto en materia política como en materia pastoral. Siempre habló a los mandatarios de gobierno con respeto, pero muchas veces no fue comprendido.

Un hombre que amonestó abiertamente a aquéllos sacerdotes que no quisieron bautizar a niños de madres solteras o padres separados.

Un hombre del Vaticano II. Un hombre de intenso diálogo que siempre ha dado el ejemplo con su vida demostrando una gran coherencia entre teoría y praxis. Un hombre que en ocasión del 50 Aniversario del Concilio Vaticano II, fiesta a la que tuve el honor de acudir en la Universidad Católica de Buenos Aires, por primera vez en la historia de la Universidad, le entrega el Doctorado Honoris Causa a su amigo del alma y de toda la vida, el Rabino Skorka. Una reunión memorable.

Un hombre muy cercano a la gente, muy preocupado por los grandes escándalos tanto de la Iglesia, como los del mundo y de nuestra Patria: la trata de personas, las tragedias juveniles (Incendio de la discoteca Cromagnon con alrededor de 200 fallecidos) y ferroviarias (tragedia de Once), la esclavitud post moderna de los talleres clandestinos de ropa, la inseguridad, la droga y tantos otros temas que no le hicieron temblar la mano ni la voz para denunciarlos. 
 
Tenemos el deber de acompañarlo con nuestras oraciones, pero no sólo por el, sino por TODOS LOS QUE LO RODEAN.


¡Quiera el Señor bendecirlo y la Santísima Madre de Cristo, Ntra. Sra. de Luján, protegerlo siempre. Amén! ¡Viva el Santo Padre! ¡Viva Nuestro Señor Jesucristo! ¡Viva María! ¡Gloria al Dios Uno y Trino!