jueves, 24 de noviembre de 2011

ETTY HILLESUM


El Diario de Etty Hillesum: "Buscar a Dios en el Holocausto".

Una joven judía ajusticiada en Auschwitz devela el significado de la experiencia religiosa en la existencia humana.

Mucha gente ha oído hablar de Anna Frank. Pero pocos conocen a Esther "Etty" Hillesum. Etty, como era llamada por sus amigos, nació en Middelburg (Holanda) el 15 de enero de 1914. Escribió un diario íntimo y extenso entre 1941 y 1943, durante la Segunda Guerra Mundial.

En este diario manifiesta sus sentimientos durante su cautiverio en el campo de concentración de Auschwitz, en Polonia, donde fue asesinada.

El diario de Etty muestra una experiencia religiosa impresionante vivida desde una experiencia dramática de sufrimiento en las tormentosas circunstancias de la persecución nazi a los judíos.

Escribirá:

«(…) Las amenazas y el terror crecen día a día. Me refugio en la oración como un muro oscuro que ofrece seguridad, me refugio en la oración como si fuera la celda de un convento; ni salgo, tan recogida, concentrada y fuerte estoy. Este retirarme en la celda cerrada de la oración, se vuelve para mí una realidad siempre más grande, y también un hecho siempre más objetivo. La concentración interna construye altos muros entre los cuales me reencuentro yo misma y mi totalidad, lejos de todas las distracciones. Y podré imaginarme un tiempo en el cual estaré arrodillada por días y días, hasta no sentir los muros alrededor, lo que me impedirá destruirme, perderme y arruinarme.» (Diario, 18 de mayo de 1942).

Entre sus dichos se cuentan los siguientes, todos ellos producto de su fuerte experiencia contemplativa:

“¿Sería mucha soberbia por mi parte afirmar que tengo demasiado amor en mí como para dárselo a una sola persona?”.

“Hay que saber aceptar que se tienen momentos estériles. Cuanto más honestamente se acepte, más rápido pasa un momento así. Hay que tener valor para hacer una pausa. También hay que atreverse a estar vacío y abatido”.

“Tenemos que estar convencidos de que cada chispa de odio que nosotros añadamos al mundo, lo hace más inhóspito de lo que ya es”.

“La edad del alma es otra que la edad que se encuentra inscrita en el registro civil. Creo que el alma ya tiene una determinada edad al nacer, y que eso no cambiará”.

“Regálame un verso al día, Dios mío, y si no lo pudiera escribir, porque no hay ni papel ni luz, entonces lo recitaré suavemente por la noche bajo tu gran cielo. Pero regálame de vez en cuando un solo versito”.

(Etty Hillesum, joven judía víctima del Nazismo)

No hay comentarios :

Publicar un comentario